Devoción, éxtasis, alegría, pasión, euforia… Todos estos sentimientos son los que provocaron los conciertos de ayer de Meute y Rodrigo Cuevas en Pirineos Sur. Fue una jornada de catarsis, de dejarse llevar por la música y sentirse dentro de una romería de música electrónica. Así arrancó el segundo fin de semana del festival y esto no es más que el comienzo. Hoy llegan Vetusta Morla con todo vendido hace semanas y aún fatal por subirse al escenario flotante hasta el domingo Airu,Lorena McKennitt, Lila Downs y Mulatu Astatke.
Rodrigo Cuevas es un animal escénico, de los más destacados del panorama actual. Con tan solo dos discos ya ha sido condecorado con el Premio de las Artes, pero, sobre todo, ha convencido por igual a críticos y público por su calidad y originalidad y excelentes canciones. Sus conciertos aúnan la tradición con la vanguardia de manera sorprendente. Es una estrella, una diva, y así salió al escenario flotante: montando en una lancha, cantando sobre las aguas del pantano de Lanuza bajo la atónita mirada del público y con una lluvia de aplausos.
La pasión y entrega fue la tónica de su peculiar romería, con temas indiscutibles como, “Más animal” o “Allá arribita” (ambas pertenecientes a su último y aclamado trabajo, “Manual de romería”) para comenzar la liturgia. Pero es que, además, Cuevas es una gran orador, un showman nato. No duda en pedir que le lancen la ropa mientras baila el tema de “Nueves semanas y media”, arenga al público a lanzarse al agua o canta “Sa feito de nuei”, para delirio colectivo.
Sin embargo, su vanguardista propuesta prevalece ante todo. El asturiano, acompañado de dos bailarines y su banda, se arrastra, baila y se contonea al ritmo de “El día que nací yo”, “Como ye??” o “Veleno”. Tras el adecuado ajuste de vestuario, cambió el negro por un traje rojo más folclórico. Y así se enfrentó a “Rambalín” y una muñeira, para acabar en plena fiesta con “Romería”.
Meute llevan casi una década desplegando toda su energía por escenarios de toda Europa. La banda liderada por Thomas Burhorn mezcla como pocos el techno y los instrumentos musicales. Se nota esa procedencia alemana, su pasión por la electrónica y el baile. Sin duda, una propuesta ideal para Pirineos Sur, donde vinieron a presentar su último disco “EMPOR”. Significa “ir hacia arriba” y es la definición perfecta de su show: una fiesta sin fin donde conviven trallazos de su propia cosecha (“Anti loudness” o “LoCKeDoWN2”) con sus reconocidas y exitosas versiones. (“Loss Of Hope” de Innellea y “The man with the red face” de Laurent Garnier).
Cual sesión de electrónica con la pericia del mejor DJ alemán, enlazaron una canción con otra. Sin pausa, poco a poco; con la frialdad y la perfección característica teutona. Fue un setlist sólido, pero cocido a fuego lento, pero la comunión final llegó con su aclamada versión de “You and me” de Disclosure. Primera visita a Pirineos Sur que se saldó con un incontestable éxito.
Vetusta Morla, a la conquista de Pirineos Sur
Esta noche llega a Pirineos Sur uno de los grupos indie más importantes de los últimos años se estrena en el escenario de Pirineos Sur, Vetusta Morla, que colgaron el cartel de sold out hace semanas. Recientemente anunciaron un parón en su actividad para coger fuerzas, por lo que es una cita que sus fans no han querido perderse. También estrenan nuevo disco, “Figurantes”, pero no faltarán los hits que los encumbrado hasta el olimpo musical de este país: “Valiente”, “Copenhague”, “Maldita dulzura”, “Cuarteles de invierno”, “23 de junio”…
Loreena McKennitt se subirá mañana al escenario flotante. Esta veterana artista canadiense es la indiscutible reina de la música de influencia celta. En 1991 publicó “The visit”, el histórico trabajo que está recuperando, más de treinta años después, en esta gira de aniversario. Cerrará el primer fin de semana una vieja conocida del festival: Lila Downs (que ya ha actuado en dos ocasiones). La cantante mexicana llega a Lanuza el domingo 14 para presentar su último trabajo, “La Sánchez”. Pero esa misma jornada contará con otra figura clave de la fusión cultural, como es Mulatu Astatke. El multiinstrumentista etíope es considerado como progenitor del ethio-jazz.
Sobre Pirineos Sur:
La historia
Hace 31 años la Diputación de Huesca ponía en marcha el Festival Pirineos Sur, un punto de encuentro entre continentes, culturas y sonidos, que ya en sus primeras ediciones se convirtió en la referencia nacional de su género musical antes de que en España se hablara de multiculturalidad o globalización. Es también una apuesta por potenciar el turismo cultural en la provincia de Huesca
Tras tres décadas conserva la filosofía que lo vio nacer. El Festival Internacional de las Culturas Pirineos Sur ha recorrido musicalmente casi todo el mundo. Músicas y culturas provenientes de los cinco continentes y ediciones monográficas dedicadas a los creadores de diversos países, regiones y movimientos musicales.
Un festival de postal
Sin duda, uno de los grandes alicientes de Pirineos Sur, volverá a ser no solo la propuesta musical, sino en el entorno donde se ubica: un espacio natural privilegiado. En el corazón del Valle de Tena, en pleno pirineo aragonés, las serenas aguas de las 116 hectáreas del pantano de Lanuza reflejan la imponente montaña de la Peña Foratata, un gigante de 2.321 metros de altura. Su figura se convierte en el telón de fondo de un escenario que flota sobre estas aguas y donde cada tarde puede disfrutarse de la bella estampa de la puesta de sol como antesala de los espectáculos musicales.
Además, para mayor comodidad de los asistentes, el anfiteatro cuenta con un aforo máximo de 4.900 personas y está dividido en tres: un espacio con gradas de piedra, un foso a orillas del pantano donde bailar en primera fila y sin agobios y, por último, una balconada superior donde disfrutar de la experiencia con visión panorámica.
El festival está flanqueado por dos de los pueblos más bellos del Valle de Tena. Por un lado, Lanuza, la encantadora pedanía “rescatada” bajo las aguas del embalse; y por otro, el emblemático Sallent de Gállego, lleno de vida y típicos caserones de piedra. Senderismo entre cascadas, piragua o paddel surf en el propio pantano, quads, vías ferratas o paseos a caballo, cualquier actividad es posible como alternativa a completar cada fin de semana, incluso en familia. Y todo ello acompañado de una diversa oferta de gastronomía de altura que cuenta con restaurantes con soles Repsol.