La teniente Olga Pardos, natural de Zaragoza, está a punto de embarcarse en su primera misión internacional a los mandos de un A400M, un avión de cuatro motores y 42 metros de envergadura. Actualmente, es la aeronave de transporte más potente del Ejército del Aire.
La joven, de 25 años de edad, ha compartido este miércoles un encuentro con alumnado del IES Montes Negros de Grañén, a los que ha transmitido su pasión por una profesión a la que sintió que pertenecía desde niña. A los 19 años, ingresó en el Ejército, donde menos del 13% son mujeres.
La actividad se enmarca en el ciclo ‘Mujeres de Acción’, impulsado por el IES Montes Negros y el Ayuntamiento de Grañén, con el objetivo de ofrecer a los jóvenes ejemplos de mujeres empoderadas, que rompen paradigmas y que luchan por alcanzar sus metas. La joven teniente cumple con estas premisas. De hecho, ya ha visto cumplidos algunos de sus mayores anhelos a base de esfuerzo, trabajo y estudio, lo que le ha permitido instar al alumnado a seguir sus pasos, es decir, a luchar por alcanzar aquello que desean sin importar los obstáculos.
A finales de esta misma semana, participará en su primera misión internacional a los mandos de un Airbus A400M, ¿cómo se siente?
Muy emocionada. Por fin, voy a hacer lo que quería hacer cuando ingresé en el Ala 31 del Ejército del Aire. Me siento tranquila y preparada. Han sido muchas horas de estudio y entrenamiento, en su mayoría a través de simulares, ya que las horas de vuelo real suponen un gran coste y son limitadas. La Base Aérea de Zaragoza cuenta con uno de los mejores simulares de Europa. Será mi primer vuelo internacional. Hasta ahora, solo había realizado vuelos nacionales.
¿Hacia dónde se dirigen y cuál es su misión?
A Turquía, donde permaneceremos entre cinco y seis días, con el fin de colaborar en el reemplazo de las tropas desplegadas. Nuestro cometido será el transporte de personal y cargamento. El A400M es el avión de transporte más avanzado del Ejército del Aire. También el de mayor capacidad.
¿Qué sintió la primera vez que asumió el control total de sus mandos?
Una gran satisfacción. Asumes una gran responsabilidad y al principio, cuando tomas conciencia de que el instructor ya no está detrás, puedes tener algo de vértigo, pero de inmediato te concentras y avanzas. Al final, tal y como he dicho, es la meta de un largo proceso de preparación.
¿Cuántas mujeres hay en su unidad?
Hay unos 30 pilotos y ahora mismo, yo soy la única mujer.
De los 125.000 militares españoles, solo 15.000 son mujeres, es decir, menos de un 13%. ¿A qué cree que se debe ese bajo porcentaje?
La presencia de la mujer es relativamente reciente. Su acceso se permitió hace poco más de 30 años. No obstante, las nuevas promociones cuentan con un número cada vez mayor de mujeres y por lo tanto, ese porcentaje irá subiendo. Todavía nos faltan referentes femeninos, pero cada vez seremos más y otras desearán seguir nuestros pasos. Ahora mismo, la mujer puede ser lo que desee dentro del Ejército.
Tal y como ha dicho, la institución abrió sus puertas al género femenino en 1988. Ahora mismo, ¿están plenamente integradas? ¿Ha tenido que superar algún obstáculo por el hecho de ser mujer?
Nunca me he sentido discriminada. Tenemos las mismas oportunidades que nuestros compañeros. El acceso a determinadas áreas o cursos o simplemente, los ascensos se alcanzan por méritos. Los baremos son objetivos.
¿Cuál es el mensaje que quiere que se lleven a casa los alumnos y alumnas del IES Montes Negros de Grañén?
Me gustaría que vieran que independientemente de cuál sea su objetivo o lo que quieran llegar a ser, da igual los obstáculos, ya que con esfuerzo, trabajo y estudio, los sueños se cumplen. Y si no se consigue por cualquier circunstancia de la vida que no sea porque no lo hayan intentado.
¿Por qué quiso usted ser militar?
No tengo referentes en mi familia ni mi entorno. Solo sé que era algo que me llamaba la atención desde niña, tanto en la ficción como en la vida real. Mis padres solían llevarme a la Feria de Muestras durante las fiestas del Pilar, donde mi pabellón favorito era el dirigido a las Fuerzas Armadas. Me iba a casa con todos los objetos que era capaz de reunir: bolígrafos, pósteres, folletos… Siempre he sentido que quería formar parte de ese mundo; ser cómo ellos. Después, y con el paso de los años, descubrí que además me ofrecía el estilo de vida que estaba buscando, ya que soy una persona muy activa, con ganas de viajar, aprender y ayudar.
¿Alguna vez alguien le puso límites a sus sueños por ser mujer?
Nunca. Tal y como he dicho, hacen falta más referentes, ya que cuando iba a la Feria de Muestras o simplemente, veía una película de acción solo veía hombres, pero tenía claro que yo quería y podía estar entre ellos. Ahora, me alegro de que cada vez seamos más mujeres. Mi familia siempre me ha apoyado. Y mi entorno también, aunque todavía es algo nuevo y sorprendente. A mis amigos les encanta presentarse como su amiga, la piloto.
¿Y siempre tuvo claro que lo suyo era volar?
Dentro de las ramas existentes, era la que más oportunidades me ofrecía para alcanzar aquello con lo que soñaba: volar, viajar, conocer otros lugares, realizar labores humanitarias…
¿Qué significa para usted el Ejército?
Todo; es mi trabajo y mi vida. Me ha dado la oportunidad de estudiar una carrera y de formarme como piloto, adquiriendo una serie de conocimientos teóricos y prácticos a los que es imposible acceder de otra forma. Me ha aportado un gran aprendizaje personal y profesional. Mis compañeros son mi otra familia.
Habrá tenido mandos hombres y mujeres. ¿Existe un estilo de mando femenino? ¿Las mujeres aplican un modelo diferente?
He tenido superiores de ambos sexos y no se les distingue por ser hombres o mujeres, cada uno aplica sus métodos, pero tienen e inspiran la misma autoridad.
La disciplina militar, ¿es mito o realidad?
Una realidad. Hay unas normas perfectamente estipuladas.
¿Y qué le han aportado a usted?
Me han ayudado dentro y fuera de mi trabajo. Ahora, y gracias a lo aprendido, soy una persona más respetuosa y ordenada. Y no solo en mi casa. También a la hora de estructurarme el día a día o planificar mis tareas, lo que me aporta seguridad y confianza. También es importante para alcanzar mis objetivos.
Algún día usted tendrá subordinados, ¿qué cualidades debe tener un buen líder?
Para empezar, ejemplaridad, es decir, debes cumplir con lo que exiges. También hay que inspirar respeto, aunque sin obviar la escucha activa y la empatía.
¿Cómo es fuera del ejército?
Me gusta quedar con mis amigos y viajar; leer y ver series. Soy una persona muy normal.
¿Cuáles son los aspectos más gratificantes de su profesión?
Tener objetivos y alcanzarlos; es una gran satisfacción. También la posibilidad de viajar y conocer otros lugares. Y, por supuesto, las personas que he conocido.
¿Y cuáles son sus metas?
Mi sueño era llegar a esta unidad, la Ala 31, y lo he conseguido, ahora espero formar parte de algún destacamento, saltar el charco a los mando de mi avión y realizar nuevas misiones, con el fin de ir adquiriendo experiencia y habilidades.