Orbea Monegros despide con nota su edición número 21. La prueba ha vuelto a ser ejemplo de éxito compartido, colocando en los más alto a cada uno de sus 8.000 inscritos, “cuyas historias de esfuerzo y superando dan sentido al trabajo realizado”. Así lo ha afirmado su director, Juan Carlos Nájera, en el cierre de un evento que sigue siendo todo un referente en Europa. De hecho, en su modalidad, es la más multitudinaria.
Ha sido una de las ediciones más animadas y novedosas. El arranque tuvo lugar en la víspera, con su primera prueba nocturna, y el plato fuerte este sábado, con la Maratón, de 118 kilómetros, y la Media Maratón, de 81. Por primera vez, ha habido música en vivo en varios avituallamientos y además, el grupo de dulzainas y gaitas de Sena, junto a su cabezudo ciclista, ha animado el ascenso al refugio de Piedrafita.
La llegada ha sido la máxima expresión de una prueba que transciende lo deportivo, donde cada uno de aquellos y aquellas que han logrado atravesar la línea de meta han sido jaleados por su titánico esfuerzo. Y ellos han respondido, entrando en grupo y levantando las manos, independientemente de si estaban entre los primeros o entre los últimos del enorme pelotón.
Al largo recorrido, se han sumado este año las altas temperaturas y el polvo, elevando la exigencia del circuito y la épica de los inscritos. “Ha habido momentos en los que no se veía nada”, han corroborado los corredores, con la cara cubierta de tierra y el rostro castigado por el sol. Pero con una gran sonrisa en su rostro.
De hecho, algunos todavía tenían fuerzas para subirse al único pódium de una prueba sin premios ni clasificaciones. Un cajón con la palabra ‘Finisher’ (completado). Allí se ha fotografiado levantado su bicicleta uno de los muchos inscritos, José Luis Ortega, llegado desde la localidad de Monzón. “Al acabar, siempre digo que será la última, pero al final acabo volviendo, por el increíble ambiente, la excelente organización y la dosis de aventura. Ha vuelto a ser duro, por el calor y el polvo; las ruedas se clavaban y era difícil controlar la bicicleta. Pero al llegar el subidón es enorme”, ha señalado el aragonés al culminar su cuarta participación.
Aunque es una prueba no competitiva, hay quién no puede evitar dar el máximo y buscar el honor de la victoria. En esta edición, los tres primeros en atravesar la línea de meta han demostrado tener interiorizado el espíritu de la Orbea Monegros. De hecho, no han querido disputarse la victoria y han entrado en grupo, respetando el esfuerzo compartido desde el kilómetro 80 de la prueba. Han sido tres grandes de las dos ruedas: Gabi Torralba, natural de la localidad oscense de Riglos; Alberto Sánchez Saceda, vecino de Arganda del Rey (Madrid); e Iván Saturde, de Castro Urdiales (Cantabria). Los tres han parado el crono en 3 horas y 53 minutos.
Las mujeres son cada vez más en la Orbea Monegros. En esta ocasión, han llegado al millar. La primera en completar los 117 kilómetros de la Maratón Orbea ha sido la catalana Ana Henestrosa, que ha dado fe de la dureza del circuito y en especial, de las dificultades sufridas a causa del polvo.
Dentro de los inscritos, también hay una creciente presencia de monegrinos. Guillermo Ezquerra, que ha participado en cada una de las 21 ediciones, ha vuelto a disfrutar al máximo de la prueba. “Se me ponen los pelos de punta en cada salida; es espectacular”, ha dicho. A su lado, Javier Coscolla, vecino de Sariñena, ha estado además entre los más rápidos. “Ha sido duro”, ha reconocido al llegar, destacando además las bondades de una prueba que “ayuda a mover la economía local y nos sitúa en el mapa”. También ha destacado el gran ambiente, que ha sido palpable en cada rincón de la localidad, a la que, entre acompañantes, voluntarios, públicos y organizadores, han llegado unas 20.000 personas, es decir, cinco veces la población de la capital monegrina. Su retorno económico se calcula en 1,2 millones de euros.
El director de la Orbea Monegros, Juan Carlos Nájera, también ha tenido palabras de agradecimiento hacia los coorganizadores, el Ayuntamiento de Sariñena y la Comarca de Los Monegros, y por supuesto, ha reconocido la encomiable labor de Cruz Roja, Protección Civil y Guardia Civil, que han trabajado de forma coordinada para garantizar la seguridad de este multitudinario evento. A ellos, se ha sumado el esfuerzo de los voluntarios y la colaboración de los municipios implicados: Albalatillo, Sena, Villanueva de Sijena, Castejón de Monegros, Valfarta y Peñalba.
El objetivo de los promotores es conseguir que cada inscrito viva una experiencia única, generando un ambiente excepcional y mimando cada detalle. Y han vuelto a conseguirlo.