José María Cabellud Val, para todos conocido como Pepo, falleció el pasado domingo como consecuencia de una enfermedad. El sariñenense era muy conocido y apreciado en el sector audiovisual, por su larga trayectoria como productor, director, operador de cámara, editor de vídeo y guionista. De ahí que formara parte del Clúster Audiovisual de Aragón desde sus inicios, uniendo a empresas e instituciones de la escena audiovisual aragonesa con el objetivo de mejorar su proyección y reconocimiento.
Pepo siempre se interesó por el sector audiovisual. De pequeño empezó a dibujar y tenía un proyector de súper 8mm, heredado de su padre. Con esta cámara creó una serie de dibujos animados, dibujando a los personajes para luego fotografiarlos y generar el movimiento. 24 fotografías por segundo. Además, tenía una curiosidad tremenda por todo lo que le rodeaba.
Con el tiempo y ya en Zaragoza, tuvo la oportunidad de conocer las cámaras de cine; los procesos de laboratorio, montaje e iluminación; las técnicas de rodaje y realizó sus primeros trabajos en spots, programas de televisión y documentales.
Tal y como explicó en más de una ocasión, empezar nunca fue fácil, especialmente en un momento en el que las grandes oportunidades del sector se concentraban en Madrid y Barcelona. Pero sus ganas y su brillantez salvaron cualquier obstáculo y le catapultaron como figura de referencia clave en la producción audiovisual de Aragón. Los comienzos de la empresa que cofundó junto a su hermana Pilar, A Rodar, fueron complicados, pero siempre apostaron por la innovación, por tener los mejores equipos y, además, así, poder dar servicio a otras productoras. Esta visión innovadora transformó la empresa en un gran referente en el sector. Y no solo a nivel local. Su forma de comprender y producir historias se convirtió en un legado cultural que ha conectado con diversos públicos, inspirando también a las nuevas generaciones.
La trayectoria de Pepo es difícil de resumir en unas pocas líneas. A lo largo de los años ha estado involucrado en múltiples proyectos, que van desde cortos hasta documentales y películas, trabajos para otras productoras, campañas internacionales de publicidad, documentales de todo tipo y vídeos tan trascendentales como el de la inauguración de la Seo de Zaragoza, entre otros. Y todas y cada una de sus creaciones tienen algo en común: su perspectiva única sobre el mundo.
Su vocación también le llevó a realizar trabajos “poco comunes”, como perseguir buitres para un documental de alimoches en Sudáfrica y Gambia, o viajar hasta Nicaragua para grabar las labores que desempeñaba la pequeña pero efectiva ONG ‘Comité de Solidaridad Canfranca Nicaragua’, ahora inactiva.
Aunque especializado en servicio de Grúa, steady cam y postproducción, su empuje y ganas de hacer le hicieron siempre pensar en nuevos contenidos. Gracias a su compromiso con el territorio, creó ‘Charrín Charrán’, el primer programa en aragonés que se emitió en Aragón TV, ‘Moñacos’, una serie de dibujos animados para aprender aragonés de una forma amena o ‘Tatachín’, un programa infantil donde personajes como la borraja, el cierzo, Goya o María Moliner cobraban vida cada fin de semana.
Actualmente, A Rodar sigue trabajando en proporcionar servicios de producción audiovisual con un gran equipo técnico, por lo que el legado, la visión y la historia de Pepo Cabellud están lejos de terminar, perdurando en el sector y en la mente de todos aquellos que compartieron con él su forma de entender y narrar historias.