Los portavoces del Ayuntamiento de Sariñena y los alcaldes pedáneos han decidido suspender las fiestas locales de todo el municipio hasta el próximo 31 de diciembre, lo que permite ir más allá de la fecha marcada por el Consejo Local de Aragón -31 de agosto- y de esta forma, incluir la cancelación de las celebraciones de San Antolín (2 de septiembre) y San Bruno (6 de octubre).
El acuerdo alcanzado atiende al principio de prudencia y además, se ciñe a la recomendación de evitar la organización de actos cuyo aforo sea imposible de controlar, según explica el alcalde del municipio, Juan Escalzo.
La decisión tomada no impedirá el desarrollo de otras actividades lúdicas a lo largo de los próximos meses, «siempre fuera de las fechas en las que tendrían lugar las celebraciones patronales y respetando en cada momento las medidas sanitarias vigentes». Por ejemplo, será posible desarrollar atractivas actuaciones en espacios controlados como el recinto ferial, que cuenta con unas amplias dimensiones y por lo tanto, puede dar cabida a un gran número de personas. «Todo bien organizado y cumpliendo los aforos permitidos», insiste el primer edil, seguro de que será posible llevar a cabo actos atractivos y potentes.
Por otro lado, a diferencia del pasado año, el consistorio tiene además la intención de abrir las piscinas municipales tanto de Sariñena como de las diferentes pedanías, cumpliendo con las medidas recomendadas. Para ello, ya han comenzado a desarrollar labores de mantenimiento y mejora de las instalaciones, con la renovación de gran parte de las zonas verdes.