De los 31 municipios monegrinos, dos, Sariñena y Castejón de Monegros, los más castigados por la crisis del coronavirus, han tomado ya la decisión de no abrir este año sus piscinas. El resto trabaja para adaptar sus instalaciones y ofrecer el servicio con seguridad. Para ello, los aforos estarán limitados, las plantillas aumentarán y en algunos casos, se prescindirá del bar y habrá turnos de baño.
El Ayuntamiento de Sariñena considera que es «muy complicado» garantizar el distanciamiento social en este tipo de instalaciones, algo imprescindible para evitar contagios y ante ello, teme que pueda producirse un rebrote sabedor de sus «terribles» consecuencias. De hecho, el municipio ha sufrido la pérdida de varios vecinos por coronavirus, tanto dentro como fuera de su residencia municipal, donde murieron nueve de los contagiados (otros cinco fallecidos no fueron sometidos a las PCR).
Así, aunque conscientes de la necesidad de caminar hacia una nueva normalidad, el alcalde de la capital monegrina, Juan Escalzo, considera que «ni se dan las circunstancias ni contamos con el ánimo necesario». «Nosotros todavía no hemos superado la crisis sanitaria derivada de la pandemia, ya que la residencia municipal sigue cerrada, con dos usuarios positivos y dividida en zonas rojas y verdes», explica. Los dos afectados se mantienen asintomáticos y aislados del resto.
El consistorio insiste en que el virus «todavía no está controlado» y por lo tanto, cree necesario evitar actos o espacios donde sea complicado garantizar el distanciamiento social. «Las piscinas municipales están concebidas como un lugar de esparcimiento e interacción, donde resulta complicado evitar el contacto. No nos vemos capacitados para proteger a nuestros vecinos de posibles rebrotes», insisten.
La misma razón ya les llevó a suspender sus fiestas patronales así como la celebración de la Feria Industrial, Agrícola y Ganadera de Los Monegros, Femoga. Ambas debían tener lugar el próximo mes de septiembre.
Escalzo admite que ha sido una decisión «difícil, pero necesaria y además, tomada por consenso». De hecho, fue sometida a votación entre los cinco portavoces de los grupos municipales y los cuatro alcaldes pedáneos. De los nueve, solo hubo una voz discordante y una abstención. El resto optaron por el cierre, que afecta a unos 4.000 habitantes, al incluir a la capital monegrina y a sus pedanías (Pallaruelo de Monegros, Lastanosa, San Juan del Flumen y Cartuja de Monegros).
En Castejón de Monegros, su alcaldesa, Ana Puey, también insiste en la necesidad de evitar riesgos y anteponer la salud de sus vecinos. El municipio ha perdido a tres de sus habitantes por coronavirus. La decisión de cierre ya está tomada y únicamente debe ser ratificada en el próximo pleno municipal, según detalló la primera edil.
El resto de municipios monegrinos tienen previsto abrir sus instalaciones entre el 1 y el 4 de julio y cerrar el 31 de agosto, siguiendo las recomendaciones del Gobierno de Aragón. El último decreto, que está previsto que se publique este fin de semana, prevé aumentar los aforos al 75% de su capacidad.
Aunque la mayoría cree difícil llegar al límite, algunas podrían tener problemas por el cierre de las instalaciones de Sariñena y sus pedanías, especialmente las situadas en su entorno, como Capdesaso, Sena o Albalatillo.
También podrían surgir dificultades en las ubicadas en las inmediaciones de grandes ciudades como Huesca. Por ello, sin vulnerar la legalidad, que impide limitar los abonos a los empadronados, hay alcaldes que están estudiando fórmulas para favorecer el acceso de sus vecinos o veraneantes habituales, entre ellas, posibles bonificaciones. También serán muchos los que sigan la recomendación de no vender entradas de un solo día.
Medidas de seguridad y más personal
Desde hace varias semanas, los ayuntamientos que han tomado la decisión de abrir sus instalaciones trabajan para adaptarse a la normativa vigente. Los alcaldes coinciden en la necesidad de mantener un servicio que consideran esencial durante la época estival, especialmente tras la suspensión de actos culturales y festivos.
Dentro de los recintos, cada uno seguirá un modelo diferente para controlar el aforo así como el cumplimiento del distanciamiento social. La mayoría contratarán personal externo, dibujarán parcelas en el césped o descargarán esta función en los socorristas.
En Grañén, por ejemplo, dispondrán de un sistema más innovador. De hecho, el acceso se realizará por tornos y código QR, a través del móvil o del uso de una tarjeta física que se facilitará junto al bono. Los datos se dirigirán a una plataforma digital que permitirá conocer en tiempo real y desde cualquier lugar el número de usuarios, según explica el alcalde del municipio, Carlos Sampériz.
Además de ello, los servicios dispondrán de un sistema de desinfección a través de luz ultravioleta -más potente que el ozono- que se activará con un sensor de movimiento y se establecerán dos turnos de baño. De 11.00 a 14.00, podrán acceder las personas más vulnerables y de 14.00 a 20.00 horas, el resto. Habrá bar, pero las duchas y vestuarios estarán cerradas.
En Leciñena, en lugar de bar, serán instaladas máquinas expendedoras, y además, se reforzará el personal dedicado a las labores de control, limpieza y desinfección. Habrá dos socorristas vigilando el aforo de los tres vasos y en la entrada, a cada grupo o unidad familiar se le facilitará un aro de dos metros cuadrados con el fin de que marque su espacio en el césped, lo que evita la rotulación de parcelas y favorece la movilidad, indica su alcalde, Raúl Gracia.
En Almuniente-Frula, se contratará a una serie de mediadores, que tendrán la misión de vigilar los aforos y el distanciamiento social, y de ser posible, desarrollarán actividades deportivas, siempre que sea posible y respetando las normas.
Al igual que cada año, aunque con mayor vigilancia y severidad, los usuarios deberán respetar todas las normas de funcionamiento, exponiéndose a su expulsión en caso de incumplimiento. «Vamos a ser muy rigurosos y además, cada usuario deberá firmar un documento de responsabilidad, en el que exponga su compromiso a cumplir con las normas», indica el alcalde de Sena, Javier Felipe.
Los recintos serán objeto de varias limpiezas y desinfecciones diarias, que correrán a cargo de personal propio o externo, dependiendo de cada localidad. Por ejemplo, Tardienta contará con personal municipal y en San Lorenzo del Flumen, esta tarea, que se desarrollará tres veces al día, correrá a cargo del adjudicatario del bar.
La Comarca de Los Monegros convocó esta semana un Consejo Consultivo de Alcaldes con el fin de analizar las dudas relacionadas con la apertura de las piscinas municipales, que contó con una alta participación. Además de exponer y debatir dudas, la institución comarcal acordó facilitar a los ayuntamientos la cartelería con las normas del decreto que regula la apertura de las instalaciones, según explicó su presidente, Armando Sanjuan.