Por tercera vez en quince días, un rebaño ha sido atacado en la localidad de Robres, con el resultado de seis animales muertos y dos heridos. Los dos anteriores tuvieron lugar el 1 y el 5 de septiembre. Ambos fueron atribuidos a uno o varios perros salvajes, según las necropsias practicadas por técnicos de la DGA, descartando al lobo que merodea por Los Monegros. A raíz del segundo suceso, se colocaron cámaras de vigilancia, que, según el ganadero afectado, Antonio Maza, muestran la figura de un animal. «Yo lo que veo es un lobo», ha indicado, a la espera de la confirmación oficial.
El nuevo ataque tuvo lugar la noche del martes al miércoles, en una zona de regadío situada a tan solo un kilómetro del casco urbano de la localidad. El rebaño afectado es el mismo que sufrió el último ataque. Tras el aviso, tres forestales y una bióloga acudieron a la explotación, visionando las imágenes junto al propio ganadero. También se encontraron huellas junto al lugar del ataque. «Para mí, es el lobo», ha señalado Maza. «Se reconoce su figura y además, las huellas que dejó son grandiosas; yo no tengo dudas. Yo en las imágenes veo a un lobo», ha insistido, a la espera de los resultados de los análisis de los técnicos de la DGA. De momento, se desconocen sus conclusiones sobre el visionado de las imágenes y los resultados de las necropsias. Tres forestales y una bióloga acudieron al aviso.
«Sea de lobo o no, el daño ya está hecho», ha señalado el ganadero, recordando que los tres ataques han tenido lugar en un periodo de tan solo quince días. En total, y desde esa fecha, han causado la muerte de 35 animales. «El lobo no pertenece a Los Monegros. Ni nuestros abuelos ni nuestros padres tuvieron que lidiar con este animal. No debería estar aquí; son otros los que lo quieren tener y nosotros los que lo padecemos», ha subrayado. «No he dormido nada esta última noche, por los nervios y la incertidumbre; es desesperante», ha añadido.
Aunque el ataque tuvo lugar la noche del martes al miércoles, los hechos han trascendido este jueves, a raíz de la denuncia del sindicato Asaja, que ha puesto el acento en la «angustia, incertidumbre y rabia que se está apoderando de los ganaderos de esta zona». La organización sigue defendiendo que la ganadería intensiva es «incompatible con la presencia de alimañas».
Los últimos ataques confirmados de lobo se produjeron en el cercano municipio de Torralba de Aragón, uno en mayo y otro en agosto, causando la muerte de una decenas de animales.