Jorge Villamil, en una fotografía tomada en el parque de San Julián de Grañén.
Ya hay sentencia firme en el caso de la muerte del joven Jorge Villamil, natural de Grañén, donde pasó toda su infancia. La sala de lo penal del Tribunal Supremo ha rechazado el último recurso presentado por el autor del puñetazo que causó su muerte y de esta forma, queda confirmado el fallo inicial, que lo condena a tres años de prisión por un delito de homicidio por imprudencia grave.
El joven Jorge Villamil murió el 24 de mayo de 2021, en la UCI del hospital Miguel Servet de Zaragoza, tan solo unas horas después de que otro joven, de 24, le diera un fortísimo puñetazo en el rostro al verlo hablar con una chica que había sido pareja de ambos. Los hechos ocurrieron en el exterior del bar Dejavú de la calle Eduardo Dato de Zaragoza. Según el fallo, queda probado que el autor del puñetazo salió del bar y golpeó al joven, sin que éste pudiera advertirlo y defenderse. A consecuencia del puñetazo, cayó desplomado al suelo.
Según el informe de la autopsia, la causa de la muerte fueron las lesiones derivadas de la contusión facial derecha sufrida a consecuencia del puñetazo «y no por la caída al suelo», tal y como se señala en la primera sentencia, que fue emitida hace justo un año por el juzgado de lo penal número 4 de Zaragoza y que ahora ya es firme al no caber nuevos recursos. «Han sido tres años muy duros y por lo tanto, tenemos la tranquilidad de ver finalizado el proceso. Pero no estamos del todo satisfechos, claro, ya que siempre hemos creído que la condena era insuficiente, pero tenemos que aceptar la situación y seguir liando con la tristeza e injusticia de haber perdido a mi hermano», ha señalado la hermana del joven fallecido, Luisa Villamil.
La Fiscalía nunca vio intención de matar en el agresor y por ello, se juzgó como un homicidio por imprudencia y no doloroso. Descontando el tiempo que ya pasó en prisión preventiva, el autor del puñetazo, Iván M. L., que huyó del lugar de los hechos, deberá cumplir todavía dos años y siete meses de cárcel, según explica Villamil. Y, además, indemnizar a la familia del joven fallecido con 185.000 euros.
La muerte de Jorge Villamil causó un profundo dolor en la localidad de Grañén, donde, junto a su familia, residió hasta cumplir los 11 años. Después, junto a sus padres y hermana, volvió a Colombia, llegando a desplazarse a Estados Unidos y finalmente, a Zaragoza, donde residía en el momento de su muerte.
Sus amigos, vecinos y conocidos lo recuerdan como un joven vital y educado, que alcanzaba sus metas con trabajo y esfuerzo. También hablan de su gran corazón y en especial, de su capacidad para valorar los pequeños detalles. Tenía el sueño de abrir un estudio de tatuajes en Zaragoza.
