Después del éxito de sus dos primeros volúmenes, Salvador Trallero, natural de Sariñena, acaba de publicar ‘Zaragoza Antigua III’. Los anteriores se convirtieron en el libro de regalo más vendido en la capital aragonesa con motivo de la Navidad. Fue en 2013 y 2015.
Con el ánimo de repetir el mismo éxito, y agradecer la buena acogida a sus lectores, el investigador y editor ha vuelto a volcarse en la labor de recopilar imágenes antiguas que muestren algunos de los principales cambios de carácter arquitectónico y estructural que ha sufrido la ciudad de Zaragoza.
En total, la publicación incorpora unas 120 imágenes de gran formato, de las que 15 son más actuales, aunque con el atractivo de mostrar enclaves que han visto modificada su fisionomía de forma reciente. Por ejemplo, el lector recordará cómo era el Paseo de la Independencia antes de la construcción del tranvía o el aspecto que con anterioridad a su remodelación tenía la plaza Santa Engracia.
‘Zaragoza Antigua III’ no es un libro exhaustivo sobre la historia o evolución de la capital aragonesa. «La publicación -subraya su autor- es una apuesta por la imagen y por el papel, que, frente a la proliferación de recopilaciones digitales, ofrece al lector la posibilidad de adentrarse en el pasado de la ciudad de forma pausada y placentera, deteniéndose en los detalles, a través de fotografías a gran tamaño y situadas sobre las hojas de un libro». «También -prosigue- es una nueva declaración de amor a la capital aragonesa y en general, hacia sus habitantes, a los que agradezco la gran respuesta que han tenido mis publicaciones».
Imagen de portada y viajeros
La portada es un buen ejemplo de lo que guarda el interior de ‘Zaragoza Antigua III’. La imagen elegida muestra la góndola Santa Cecilia, cuyos pasajeros posan para el fotógrafo, junto al caballo de arrastre y sus carreteros en el camino de sirga. La instantánea fue tomada a comienzos del siglo XX. Según explica Trallero, el camino de sirga era una vía que bordeaba un curso fluvial en el que los equinos, y en ocasiones las personas, arrastraban la barca con una sirga ante la ausencia de corriente o viento.
De este tipo de estampas, dejó constancia Ramón J. Sender en su libro Crónica del Alba, donde contó que en una de sus excursiones matinales se encontró con «un barco mucho mayor que mi lancha, todo blanco y en forma de cisne», describía. «El cisne erguía su cuello en la proa en forma de interrogación y llevaba entre sus alas un poco separadas dos filas paralelas de cómodos asientos para los excursionistas. Me quedé absorto contemplando aquello», proseguía, señalando que fue su hermana quién le explicó que debía ser la góndola que llevaba gente a la finca de recreo ‘Quinta Julieta’.
Precisamente, y dentro de sus atractivos, el libro recoge textos de viajeros de otros viajeros con descripciones de la ciudad desde el siglo XVIII a la actualidad, es decir, desde Charles Didier, Henrique Cook o Lord Ross al escritor aragonés Luis Zueco.
El libro ya está en las librerías desde mediados de este mes de diciembre.