La pandemia de la COVID19 en Los Monegros
Sin duda la noticia del año, y de nuestra época, será la pandemia de la Covid-19, pese a la rápida respuesta de las residencias del territorio, que unos días antes de la declaración del estado de alarma cerraban sus puertas y se confinaban con sus trabajadoras. Pronto se sumarían los ayuntamientos suspendiendo actos, como las fiestas de Leciñena, el primero de una larga lista de eventos cancelados a lo largo del año.
La primera ola atacó con dureza la residencia de Sariñena. Del 25 de marzo al 25 de mayo, el centro permaneció confinado, y el consistorio habilitó el centro juvenil de la localidad para acoger a los usuarios, una vez dados de alta del hospital o residencias -covid. A comienzos de año, la Residencia de Sariñena contaba con 63 usuarios, y en la actualidad suma 43. Del total, 14 fallecieron en el brote.
Pero los peores días de la crisis sanitaria sacaron lo mejor de los monegrinos, que han sido ejemplo de solidaridad, con actuaciones que han tenido eco a nivel nacional. Ya en los primeros días, mujeres monegrinas atendieron el llamamiento de los sanitarios que necesitaban mascarillas. Pocos días después, la colaboración entre empresas y administraciones permitía fabricar las primeras pantallas de protección. El restaurante El Español, de Bujaraloz, habilitaba un autoservicio gratuito para los transportistas que trabajaban sin descanso. Asociaciones, empresas y particulares colaboraban con las residencias, cuyos donativos ayudaban a paliar la situación. Por su parte, ayuntamientos y Comarca se volcaban con los ciudadanos más vulnerables, mitigando su soledad y necesidades sin que tuvieran que salir de casa. El centro comarcal de Servicios Sociales realizó cerca de 13.000 llamadas entre los meses de marzo y mayo.
Tras una tímida vuelta a la «nueva normalidad», el verano no daba tregua y en julio un grupo de jóvenes de Sariñena y San Juan del Flumen protagonizaba el primer brote estival, que obligaba a realizar cerca de 200 pruebas PCR. Días después Los Monegros regresaban a fase 2 por el repunte de casos. La medida no consiguió frenar la situación, pese al llamamiento a la responsabilidad, y una finca frutícola de Sariñena era escenario de un nuevo brote, con cerca de 70 contagiados, seguido de otro brote en Villanueva de Sijena que dejaba, al menos, una veintena más.
En octubre los brotes de la ya declarada segunda ola se centraban en el área sanitaria de Grañén, donde la transmisión comunitaria dejaba un centenar de positivos en pocas semanas, llegando a la residencia Monegros, donde 30 de sus 97 internos daban positivo. En total, octubre se saldaba en las tres áreas de salud de Los Monegros con más de 350 contagios y un total de 6 fallecidos. Pero la transmisión no remitía: a mediados de noviembre, los fallecidos ascendían a 16 y los infectados superaban los 300. Además, la residencia de Alcubierre notificaba el primer brote entre sus internos, con una veintena de afectados. Noviembre se cerraba con 182 infectados nuevos en Monegros y 18 fallecidos, la mayoría de ellos en la zona sanitaria de Grañén. Tras unas semanas de relativa tranquilidad, los últimos días del año cierran con un nuevo ascenso de contagios.
La puntilla a esta situación viene dada por el colapso de la atención rural primaria. Lanaja elevaba una queja ante Gobierno de Aragón por el abandono patente del sistema, y es que la falta de profesionales del centro de salud de referencia, el de Sariñena, ha mantenido cerrados durante meses consultorios médicos de localidades que lo conforman, como sucede en Sena, Villanueva de Sijena y Castelflorite.
Otras noticias del año
Enero comenzaba con una mala noticia: la supresión del personal y la venta de billetes en la estación de tren de Tardienta. Las quejas y concentraciones no se hicieron esperar, y a mediados de febrero se recuperó el servicio. Las taquillas volvieron a cerrarse en noviembre y reabrirse en diciembre, una situación subsanada por Renfe, comprometida ahora a mantener el servicio. Pero la pandemia y el estado de alarma sirvieron también como excusa para suprimir dos de los seis trenes de la línea Lérida-Zaragoza, sin que a fecha de hoy hayan sido repuestos. Esta misma semana, el Gobierno de Aragón se comprometía a interceder y elevar la demanda de los pueblos afectados al Ministerio de Fomento.
La necesidad de la puesta en servicio del parque de bomberos comarcal se constataba en enero, cuando un incendio en una casa de Valfarta se saldaba sin daños personales gracias a la rápida actuación del alcalde, un concejal y varios vecinos, que acudieron con extintores. La demanda, una reclamación histórica de alcaldes y presidentes comarcales en los últimos años, parece llegar a su fin, tras el anuncio de su puesta en funcionamiento el próximo 1 de enero, con seis oficiales y seis bomberos.
Tal y como ocurría en otros años, el lobo ha estado presente. En abril, tres ataques en pocos días dejaban 15 ovejas muertas en Leciñena, seis en Robres y 21 más en Tardienta. En los dos últimos casos, la DGA lo atribuyó a perros salvajes. La agricultura sería protagonista también de malas noticias. En junio, una fuerte granizada provocaba daños en campos de Alcubierre. Y en agosto, una gran tormenta descargó entre 30 y 40 litros por metro cuadrado, acompañada de granizo, afectando principalmente a campos de Castelflorite y Villanueva de Sijena, con cuantiosos desperfectos en viviendas, almacenes y granjas. Las hectáreas afectadas se estimaron en 2.500, con fincas que vieron el 100% de su producción perdida.
Los repetidos cortes de luz e internet han seguido marcando la vida de localidades como Farlete y Monegrillo o Sena y Villanueva de Sijena, cuyos ayuntamientos presentaron una queja formal ante Consumo. Precisamente esta última localidad despedía en 2020 a sus vecinas más especiales, las religiosas que habitaban el Monasterio, quienes tomaban la decisión de abandonar el lugar al «no encontrar la paz y sosiego» deseados en el monumento.
Aunque la venta de lotería de navidad ha caído este año, la fortuna ha sonreído a los monegrinos en varias ocasiones: en agosto, la administración de lotería de Lanaja sellaba el boleto ganador de 168.226,91 euros, cuyos acertantes eran una joven pareja de la localidad. Y el Cupón Fin de Semana de la ONCE sorteado el domingo 20 de diciembre dejaba un ganador de un Sueldazo: 2.000 euros al mes durante 10 años. De hecho, Montse Egea era reconocida a principios del año como la mejor vendedora de Once en Aragón del año 2019.